Crónica de un grito

Según el diccionario de la Real Academia de la lengua española la palabra gol significa: “En el fútbol y otros deportes, entrada del balón en la portería.” Somnífero ¿verdad?, para mí y para la mayoría de hinchas de la blanquiazul y del buen futbol es más que eso, gol es el grito desenfrenado que sale del alma cada vez que nuestro equipo anota, ya que no sólo implica un balón ingresando en un arco, sino la humillación del rival cada vez que se logra, un gol no sólo es una alegría nuestra, es una tristeza del oponente y eso lo hace tan valioso, también depende del momento en que se logre, ya que no es lo mismo gritar el gol del triunfo en el minuto 5‘, que gritar ese mismo gol en el minuto 90’, un gol puede ser el motivo por el cual vamos al estadio, vemos el partido por tv o lo escuchamos por radio, un gol nos puede cambiar un jodido día (por motivos de trabajo, dinero, estrés, salud, etc.) por uno totalmente jubiloso, hay goles que alteran nuestra jornada diaria, por ejemplo: dejamos de salir a pasear en la noche, ver una película o incluso cenar por ver todas las repeticiones de ese “bendito gol” en cuanto programa deportivo hay en la tele, y al día siguiente en la mañana, antes de tomar el micro, hacemos un pequeño desvío al kiosco para ver los titulares de los periódicos y de paso comprar el nuestro, un gol es capaz de darnos ese empujón para ir henchido de orgullo al centro de labores y/o estudios para burlarnos de aquellos q lo sufrieron, ésta bitácora me quedaría pequeña para seguir escribiendo sobre esto, pero quise hacerlo a manera de apertura a una nueva sección que postearé en adelante, cada cierto tiempo contaré a manera de crónica cómo viví ciertos goles y partidos, esas anotaciones importantes que nos dejan afónicos de tanto gritar, las anécdotas son muchas y espero que ustedes en sus comentarios también lo hagan para así compartir nuestras experiencias alentando al más grande del Perú ¡Arriba Alianza!.

Alianza Lima 5 – SC 4

Lima, sábado 03 de Mayo de 1997, un bonito e iluminado día, señal que se venía un gran partido y que la única lluvia que se asomaba era una de goles, esperaba el partido con ansias ya que eran casi dos años que no podíamos sacar un triunfo ante los celestes, se me presentaron algunos inconvenientes este día, primer problema: “no pude ir al estadio” y tuve que conformarme con ver el partido por televisión y dirigir todas mis fuerzas y ánimos a matute, segundo problema: “la reciente incursión del cable mágico a nuestro país, hacían q los partidos que se transmitían en señal abierta (éste partido lo hizo América televisión) lo hagan en forma diferida, con un 45’ de retraso” , es decir, si en la cancha empezaba el segundo tiempo, en la tv recién se iniciaba el encuentro; no importa_dije, lo escucharé por radio, y es aquí donde se me presenta el tercer problema, la única radio que había en casa era una pequeña grabadora vieja donde debía mover los cables que tenía en lugar de antena para que pueda captar algo de señal, pero bueno, logré que captara aunque con bastante interferencia, al menos podía oír al narrador cuando grite gol, ya son las 3:30 dije, ya comenzará el partido, sin saber que se había programado para las 3:20, cuando encendí la mencionada radio los grones ya iban ganando por un gol a los 6’ de Waldir Sáenz, héroe de la tarde; esto me animó a seguir atentamente, entonces, parecía que se venía una catástrofe en matute, esos pechos fríos de los pavos nos volteaban el partido y se ponían 1-3, estaba a punto de hervirme la sangre, pero nuevamente Waldir a los 43’ apareció para anotar el descuento, vamos, vamos, se puede empatar!! pensé, no imaginando q el escurridizo de Julinho nos clavaria otro gol a los 45’ y fin de la primera etapa. Hidrofóbicamente apagué la radio como culpándola de mi mala suerte y de los cuatro goles q nos hicieron, no quería saber nada del partido, me senté en una banca de mi casa y las lagrimas salían de mis ojos, entonces mi viejo dijo: “tranquilo, tal vez empatemos, mejor ayúdame a cambiar un fluorescente que teníamos quemado (para variar)”, acepté ayudarlo, además, esto me servirá para olvidarme de lo que iba sucediendo en el Alejandro Villanueva, estuvimos buen rato con ese maldito foco, hasta que terminamos y nos sentamos en el sillón frente a la tele sólo para ver los goles de Alianza en la primera mitad (recuerden que la transmisión estaba en diferido con retraso de un tiempo), cuando estaba por terminar el primer tiempo en la televisión, mi viejo me dice: “prende la radio para saber cuánto va”, yo dije que no, “no quiero saber cuántos goles más nos han metido”, Mi viejo: anda, prende, quizá por ahí le hemos metido un gol aunque sea”, no sé porqué , pero lo hice, sólo faltaba un minuto de los 3 adicionales que había dado Alberto Tejada , árbitro de aquel partido, entonces oí algo inesperado en la voz del narrador, él dijo: “Los cambios de José Reyna por Carlos Basombrío y de Marco Valencia por César Rosales le han cambiado la cara a Alianza Lima y le han dado resultados a Jorge Luis Pinto, ¡¡Tiempo y marcador: 92’ Alianza Lima 4 - Sporting Cristal 4!!, les juro, no lo podía creer, para mí ya era suficientemente heroico lo hecho por los íntimos, y quería que acabe . ¡¡Oye, han empatado viejo, han empatado!!_grité, entonces, sucedió, lo que ni el más optimista fanático hubiera imaginado, el narrador: “La tiene Waldir al borde del área,… ¡la pone en profundidad para Bujica!...(silencio), y antes que el locutor grite el gol, escuché al comando svr hacerlo ¡Goooool, Goool de Alianza Lima!!!, no podía asimilarlo, yo gritaba y saltaba, terminó el partido y me regresó el alma al cuerpo, mi mente entró en razón y entendí realmente lo que habíamos logrado, habíamos dado un gran paso en el camino rumbo al campeonato, título que conseguiríamos ese año, pero esa es otra historia; hasta el próximo gol.