Antes de comenzar con este relato, quiero dedicarle este resumen a mi esposa Ana María, a mi hermano Beto, ambos protagonistas de la siguiente crónica y a Edwin Joel Gastelo Gonzales, hincha de Alianza que sufrió trágico accidente en las afueras del estadio minutos antes del partido en mención.
Todo ocurrió un día Miércoles 07 de Noviembre del 2007, para ser un día laboral, el privilegio que tengo de ser trabajador independiente (free lance) permitió que pueda desocuparme temprano, es así que a las tres de la tarde ya estaba sentado frente al televisor acompañado de mi esposa y mi hermano, todos con la gloriosa encima y una gaseosa en la mesa de centro, gaseosa de la que no tomé una sola gota hasta el entretiempo debido a lo nervioso que me encontraba; sinceramente estaba muy tenso ya que quería ganar ese partido a toda costa, la sed de revancha era inmensa, recordemos que habíamos perdido el clásico anterior en Matute, los grones llegaron a estadio Manuel Rivera Sánchez motivados por todos los comentarios suscitados en la semana por parte del cuadro rival, ya que las autoridades no dieron luz verde para que se juegue en el “mongolmental” motivo por el cual los dirigentes locales eligieron la ciudad de Chimbote como escenario para el tercer clásico del año.
Estaba todo listo para que Manuel Garay, árbitro del partido iniciara las acciones, y así fue, acercó el silbato a la boca y comenzó el clásico de los clásicos; los de La Victoria arrancaron mejor, es así que la primera jugada peligrosa fue nuestra a los 15 minutos de disparo desde fuera del área de Renzo Benavides, uuuuuffffff!!, nos levantábamos de nuestros sitios y nos sentábamos nuevamente (ésta fue una constante), dos minutos después llegó el primer grito justificado, ¡Centro de Marko Ciurlizza, Junior Viza la pesca de media chalaca, gooolazooooo de Alianza Lima!, estábamos en ventaja en el marcador y seguíamos mandando en la cancha y este dominio se canjeó por otro gol, transcurrían el minuto 34, centro desde la izquierda, Gary Correa, defensa crema se convierte en jugador grone y habilita de cabeza a Renzo Benavides que marca el segundo para los íntimo, goolll! Saltábamos y gritábamos en casa, pero aún así, los nervios en mí seguían en aumento, pero aún así con una ventaja de dos goles, seguíamos dominando el partido e incluso pudimos ir goleando a vestuarios si no fuera por el imperdonable fallo de gol del “Café” Mendoza, ¡Noo, negro de mierda!! ‘ta mareeee!!! _nos lamentamos, final del primer tiempo, seguramente las gallinas saldrán con todo, espero que no anoten el descuento temprano, ya que mi corazón al borde del infarto no soportaría lo que resta de los 90. Comienza el segundo tiempo y Alianza sale sereno, tomando las precauciones del caso, listo para contragolpear cuando se amerite, pero apenas a los 8 minutos mis temores más profundos se hicieron realidad, éstos plumíferos descontaban y tenían casi 40 minutos para empatar, el silencio colmaba mi sala, y a mis ya pálidos acompañantes, ¡vamos, vamos alianza, tenemos que ganar!, felizmente los merengues no estaban afinados y habían descuidado su retaguardia, Miguel Ángel Arrué se percató de esto e hizo ingresar a un voluntarioso y desequilibrante Reimond Manco para los contraataques; Anoversitario dominaba y Alianza milagrosamente se salvaba numerosas veces, de cabeza, despejábamos de la raya, gol anulado por fuera de juego, palos, etc, ya no aguantaba tanta presión, entonces, faltando diez minutos para el epílogo, una luz de esperanza al final dl túnel ¡¡ penal para Alianza !!, con esto ganamos carajo, pero Aldo Olcese desperdició la oportunidad que nos dé la tranquilidad, 8 minutos más donde la saga victoriana debía esforzarse, que digo esforzarse, … sacarse la entreputa por defender el marcador, entonces sucedió, después de un último ataque crema la recupera Viza que despeja el balón, la toma Manco al medio del campo y de magnífico pase habilita a Acosta que se va con todo, sólo y frente al arquero define por encima de él, ¡Gool de Alianza , Goolllll!, era algo increíble, después de tanto sufrimiento los blanquiazules aseguraban el triunfo y es aquí donde este relato se pone más interesante, en casa saltábamos y gritábamos, es en ese momento que veo a mi hermano acercarse con las manos hacia adelante, ¡Chócala! Pensé decirle juntándolas con las mías, grande fue mi sorpresa al ver sangre entre sus dedos, me he cortado dijo, ah ya, webas, anda lávate le respondí, no, mira me he cortado replicó y al observar mejor me quede helado, tanta había sido su emoción, que él al ver la puerta posterior de mi casa abierta, la cerró empujándola violentamente, traspasando con sus manos los vidrios y produciéndose un corte inmenso en una de sus muñecas llevándose de paso las venas, en ese momento me pareció tan grande el corte que hasta pensé que su mano se le caería en cualquier momento, la sangre salía abundantemente y yo no tenía idea de lo que tenía que hacer, es allí donde aparece Ana, mi esposa, con la serenidad que se requiere en una situación así, ¡Tenemos que hacerle un torniquete, necesito una tela, dame tu polo me dijo, ésta parte me parece algo anecdótica, ya que con nervios y todo, me quite la camiseta de alianza y no se la di, no me importó perder valiosos segundos hasta quitarme el polo que tenía debajo para que lo usara como medio de presión en el brazo y que sea ése el que se ensucie, por instinto me puse la blanquiazul nuevamente, ¡que hago Ana, que hago! anda busca un taxi me dijo, salí como bala, recuerdo que la gente con al que me cruzaba en la calle se corría al verme ja ja, (imagínense a un pata desesperado con un polo de alianza y las manos llenas de sangre) supongo que pensarían que las barras o pandillas se estarían peleando o algo así, ningún taxi quería parar, hasta que un tico amarillo lo hizo, aprovecho la oportunidad para mandarle un saludo a ese señor, señor taxista si estás leyendo esto, quiero decirle con todo respeto ¡hijo de puta!, te aprovechaste de la situación y le cobraste a mi esposa 7 soles por tres cuadras a la posta de mi barrio, ojalá te hayan sido provechosos para completar el alquiler de la huevada que manejas. Bueno, finalmente todo salió bien, el corte no implicó tendones y pudo recuperarse aunque llevará por siempre una cicatriz que le recordará a mi hermano a no ser tan cojudo y a expresar sus emociones de diferente forma, esa noche al regreso del hospital y ya todos juntos con mis padres recién pudimos de alguna forma festejar con pollito a la brasa y gaseosa viendo en la tele el resumen de este triunfo, día que por las circunstancias mencionadas lo recordaré por siempre; hasta el próximo gol.
Estaba todo listo para que Manuel Garay, árbitro del partido iniciara las acciones, y así fue, acercó el silbato a la boca y comenzó el clásico de los clásicos; los de La Victoria arrancaron mejor, es así que la primera jugada peligrosa fue nuestra a los 15 minutos de disparo desde fuera del área de Renzo Benavides, uuuuuffffff!!, nos levantábamos de nuestros sitios y nos sentábamos nuevamente (ésta fue una constante), dos minutos después llegó el primer grito justificado, ¡Centro de Marko Ciurlizza, Junior Viza la pesca de media chalaca, gooolazooooo de Alianza Lima!, estábamos en ventaja en el marcador y seguíamos mandando en la cancha y este dominio se canjeó por otro gol, transcurrían el minuto 34, centro desde la izquierda, Gary Correa, defensa crema se convierte en jugador grone y habilita de cabeza a Renzo Benavides que marca el segundo para los íntimo, goolll! Saltábamos y gritábamos en casa, pero aún así, los nervios en mí seguían en aumento, pero aún así con una ventaja de dos goles, seguíamos dominando el partido e incluso pudimos ir goleando a vestuarios si no fuera por el imperdonable fallo de gol del “Café” Mendoza, ¡Noo, negro de mierda!! ‘ta mareeee!!! _nos lamentamos, final del primer tiempo, seguramente las gallinas saldrán con todo, espero que no anoten el descuento temprano, ya que mi corazón al borde del infarto no soportaría lo que resta de los 90. Comienza el segundo tiempo y Alianza sale sereno, tomando las precauciones del caso, listo para contragolpear cuando se amerite, pero apenas a los 8 minutos mis temores más profundos se hicieron realidad, éstos plumíferos descontaban y tenían casi 40 minutos para empatar, el silencio colmaba mi sala, y a mis ya pálidos acompañantes, ¡vamos, vamos alianza, tenemos que ganar!, felizmente los merengues no estaban afinados y habían descuidado su retaguardia, Miguel Ángel Arrué se percató de esto e hizo ingresar a un voluntarioso y desequilibrante Reimond Manco para los contraataques; Anoversitario dominaba y Alianza milagrosamente se salvaba numerosas veces, de cabeza, despejábamos de la raya, gol anulado por fuera de juego, palos, etc, ya no aguantaba tanta presión, entonces, faltando diez minutos para el epílogo, una luz de esperanza al final dl túnel ¡¡ penal para Alianza !!, con esto ganamos carajo, pero Aldo Olcese desperdició la oportunidad que nos dé la tranquilidad, 8 minutos más donde la saga victoriana debía esforzarse, que digo esforzarse, … sacarse la entreputa por defender el marcador, entonces sucedió, después de un último ataque crema la recupera Viza que despeja el balón, la toma Manco al medio del campo y de magnífico pase habilita a Acosta que se va con todo, sólo y frente al arquero define por encima de él, ¡Gool de Alianza , Goolllll!, era algo increíble, después de tanto sufrimiento los blanquiazules aseguraban el triunfo y es aquí donde este relato se pone más interesante, en casa saltábamos y gritábamos, es en ese momento que veo a mi hermano acercarse con las manos hacia adelante, ¡Chócala! Pensé decirle juntándolas con las mías, grande fue mi sorpresa al ver sangre entre sus dedos, me he cortado dijo, ah ya, webas, anda lávate le respondí, no, mira me he cortado replicó y al observar mejor me quede helado, tanta había sido su emoción, que él al ver la puerta posterior de mi casa abierta, la cerró empujándola violentamente, traspasando con sus manos los vidrios y produciéndose un corte inmenso en una de sus muñecas llevándose de paso las venas, en ese momento me pareció tan grande el corte que hasta pensé que su mano se le caería en cualquier momento, la sangre salía abundantemente y yo no tenía idea de lo que tenía que hacer, es allí donde aparece Ana, mi esposa, con la serenidad que se requiere en una situación así, ¡Tenemos que hacerle un torniquete, necesito una tela, dame tu polo me dijo, ésta parte me parece algo anecdótica, ya que con nervios y todo, me quite la camiseta de alianza y no se la di, no me importó perder valiosos segundos hasta quitarme el polo que tenía debajo para que lo usara como medio de presión en el brazo y que sea ése el que se ensucie, por instinto me puse la blanquiazul nuevamente, ¡que hago Ana, que hago! anda busca un taxi me dijo, salí como bala, recuerdo que la gente con al que me cruzaba en la calle se corría al verme ja ja, (imagínense a un pata desesperado con un polo de alianza y las manos llenas de sangre) supongo que pensarían que las barras o pandillas se estarían peleando o algo así, ningún taxi quería parar, hasta que un tico amarillo lo hizo, aprovecho la oportunidad para mandarle un saludo a ese señor, señor taxista si estás leyendo esto, quiero decirle con todo respeto ¡hijo de puta!, te aprovechaste de la situación y le cobraste a mi esposa 7 soles por tres cuadras a la posta de mi barrio, ojalá te hayan sido provechosos para completar el alquiler de la huevada que manejas. Bueno, finalmente todo salió bien, el corte no implicó tendones y pudo recuperarse aunque llevará por siempre una cicatriz que le recordará a mi hermano a no ser tan cojudo y a expresar sus emociones de diferente forma, esa noche al regreso del hospital y ya todos juntos con mis padres recién pudimos de alguna forma festejar con pollito a la brasa y gaseosa viendo en la tele el resumen de este triunfo, día que por las circunstancias mencionadas lo recordaré por siempre; hasta el próximo gol.
2 comentarios:
que gran relato jaja, buena, yo tambien recuerdo ese partido con mucho emocion, nos vemos y vamos aianza.
Gracias a Dios el accidente no pasó a mayores.... bveno el post.
Ese clásico lo recverdo por:
1.- Las noticias previas al clásico que informaban del hermano grone fallecido..
2.- El golazo de Viza
3.- El gol de Acosta, vn paqvete más qve se vistió con la GLORIOSA. Felizmente para algo sirvió (avnqve sea en vn partido)
4.- El trapo de las gallinas qvemándose jajajajaja
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