El coreado y el puteado.

El coreado: Para ser sincero, la primera vez que Flavio Maestri llegó a Alianza Lima en el año 2004 no me hizo mucha gracia, no sólo por su pasado “pavence” sino también por su antipatía declarada al cuadro blanquiazul, ese año no le fue muy bien, tampoco muy mal, anotó algunos goles importantes, como aquel a cienciano en Cuzco donde necesitábamos como mínimo un empate para llegar al playoff y jugar justamente contra los pavos, un día pensé: “el día que Flavio le haga un gol a los celestes y lo festeje como debe ser, ese día daré valor a su contratación” y ese día llego, era un 28 de noviembre de ese mismo año, jugábamos de locales y ganamos 2 -1 marcando él el tanto triunfal, pero faltó algo, no hubo celebración, poco tiempo después, en la definición por penales justamente contra Cristal en la final de aquel año, Maestri falla su turno desde los doce pasos, igualmente campeonamos, pero hubo una diferencia, ahora sí festejó, pero esta vez el título.
Como la vida da revanchas, a los dos años regresó a la victoria, esta vez a pedido de Gerardo Pelusso, volvió con otros aires, con ganas de callarme la boca y decirme “mira, ahora tengo pretemporada completa y te demostraré de lo que soy capaz”, ese 2006 fue uno de los baluartes del equipo y responsable directo en el logro del campeonato, además uno de los goleadores de la temporada anotando goles importantes como el que le hizo a los cheleros en el estadio nacional incluyendo guacha al tartamudo Erick Delgado, celebración, grito, sacada de polo, empujón a fotógrafo y encima expulsión “que rico gol”, también recordemos el que le hizo a Sport Boys de cabeza con el que logramos el titulo Apertura y cómo olvidar uno de los goles que más he gritado en mi vida, me refiero al gol que le hizo al Shenshano en Matute en la final del campeonato de ese año, cómo borrar de nuestras retinas lo que este delantero hizo esa noche, aquel año no sólo hizo goles, buenas asistencias y campeonatos, también puso un tapabocas a todos los que no confiamos en él, quizá les parezca exagerado calificar como coreado a una persona que nunca se identificó completamente con la gloriosa, pero en este podio están los futbolistas que lucharon por lograr algo con la blanquiazul y este número “9” lo logró y con creces, es mi humilde opinión.

El puteado: Trataré de ser lo más diplomático posible con los comentarios sobre Johan Fano, este, este, este..., bueno no puedo, seré tan crudo como la situación amerite, éste animal asomó por primera vez en Matute el año 2002, tuvo un paso sin pena ni gloria entre lesiones y goles errados, en el 2005 regresó a la Victoria fallando más goles de los que hizo, al año siguiente los dirigentes aliancistas lo premiaron renovándole el contrato y no tengo ni la puta idea del por qué lo hicieron, yo pensaba que un jugador con sus características no podía estar en el club más grande del futbol peruano y no me equivoqué, ese 2006 fue la peor cagada que se pudo contratar, no hizo un solo gol y encima lo que más recuerdo con mucho “cariño” es cuando ganábamos uno a cero al sport Ancash en Huaraz y en último minuto de descuento, éste retardado mental en lugar de cuidar la posición del balón cerca del arco contrario, de un puntazo la sacó del campo y le regaló el saque al portero ancashino, sin percatarse que los rivales ganarían un contragolpe con el que nos empataron en el último suspiro del encuentro, como ven este falso delantero no pudo rendir en un equipo de verdad, se sintió aterrado en un equipo que cuenta con la mayor hinchada del país, un cuadro que tiene una camiseta que pesa más que las plumas a las que está acostumbrado, felizmente lo botaron como la diarrea que es y como todo fracasado tuvo que anclar en el equipo rival, donde no ganó nada y donde nadie lo quería por agrandado ¡veste con..! , ahora se cree Romario por que le hizo un gol a Argentina en las eliminatorias, pero valgan verdades ese gol lo hacía hasta mi abuela con pase de mi abuelo, ahora sale con que regresa a Lima, jajaja que miedo, que regrese nomás el acomplejado este, para hacerle recordar que nunca podrá volver a vestir la camiseta más valiosa que tiene este país, tuvo dos oportunidades y se cagó de miedo en ambas, en un futuro cuando le cuente a sus nietos lo que hizo como futbolista, acá estará este post para recordarle lo patético que fué su paso por Alianza Lima.